
El hospital La Paz hizo recientemente un estudio nutricional basado en el pan, alimento mitificado, infravalorado, pero que parece que vuelve a estar donde le corresponde, en la base de la pirámide alimenticia.
Las pruebas contrastaban dos grupos de mujeres que siguieron una dieta de adelgazamiento y lo único que diferencia los dos grupos es que uno de ellos toma pan. Los dos grupos consiguieron adelgazar pero fue mantenido durante mayor tiempo en el grupo que tomó pan.
Realmente esto se viene diciendo desde hace tiempo: el consumo de pan en una cantidad reducida cada día puede ser un buen aliado, hace que la dieta sea más agradecida, más rica nutricionalmente, más llevadera durante más tiempo y con mayor poder saciante.
Casi todas las dietas adelgazantes aconsejan alimentos ricos en fibra, la mayoría son vegetales y frutas, pero en este caso el pan no tiene por qué ser una prohibición, de hecho, el pan integral (con alto contenido en fibra) es recomendable y yo lo suelo indicar en comidas como el desayuno y la merienda.
A no ser que seas uno de esos casos en los que no te puedes controlar y acabas comiéndote 300 gramos, el pan es un aliciente para que perdures con la dieta y con su posterior mantenimiento. Intenta tomarlo integral y con cereales, que son los que más fibra tienen, las calorías van a ser las mismas que las de el pan normal, pero comerás menos.
Creo que la prueba del Hospital La Paz debería ser la definitiva, una de tantas que se han hecho comprobando que el pan no engorda, sino que es saludable
Si quieres probar cómo resultaría en tu cuerpo, empieza tomándolo un día sí y un día no pero suprimirlo por completo puede ser contraproducente, no caigas en las trampas del mito, no harán más que alejarte de tu objetivo.
Las comparaciones entre el Pan Integral-240 kcal por 100 g y el Pan de Centeno-238 kcal, son mínimas, apenas les separan 3 o 4 gramos de hidratos de carbono y 1 gramo en proteínas y lípidos, sin embargo, la fibra que contiene el pan integral son 8,5 gramos por los 5,5 g del pan de centeno.
De todos modos, en la variedad está la riqueza; hay diferentes panes integrales con cereales, salvado de trigo o avena y ahh, que no se me escape un dato; los de molde siempre tienen más calorías. ¡Disfrútalos sanamente!