
Tenía ganas de dedicar una entrada a exponer las diferencias entre ambos sexos.
Es evidente que hay un gran abanico pero quiero centrarme a lo que representa en el ámbito deportivo, las diferencias antropométricas y fisiológicas.
Este tema ha sido motivo de debate a lo largo de la historia y es que cuando se juega con ventaja el que sufre la desventaja se hace muchas preguntas, la más común, ¿por qué?
¿Por qué ellos tienen más resistencia, más capacidad de “sufrimiento”, más fuerza, potencia o velocidad?
En cualquier carrera de 2 atletas al mismo nivel nos ganarían, en el caso de los deportistas es incomparable enfrentarnos porque es físicamente imposible, o “casi”.
Muchos estudios científicos fueron descubriendo y respondiendo a nuestras incesantes preguntas:
-El tamaño del corazón de la mujer es más pequeño y menor cantidad de glóbulos rojos.
-A consecuencia, se acelerará el ritmo cardíaco mucho más rápido que en los hombres.
-La masa muscular del hombre es más prominente y tiene un desarrollo mayor, una de las principales características porque entra en juego el tipo de hormona de crecimiento, propia del gen masculino.
-Al tener nosotras menos masa muscular, la proporción de grasa es mayor (desgraciadamente) y cuanto menos músculo más difícil resulta eliminar la grasa.
-Además que, dependiendo en la persona sin distinción de sexos, nuestras hormonas femeninas facilitan la retención de líquidos.
-Que unido a todo lo anterior, encima arrastramos con un 10% más de masa grasa denominada “específica de género”, la cual juega un papel fundamental en la reproducción y gestación.
-A un mismo esfuerzo, ellos consumen más energía, por tanto, calorías, ya que su metabolismo funciona totalmente diferente, llegan a quemar un 10% o 20% más que nosotras. Y, por supuesto nuestras pulsaciones serán más elevadas a igualdad de esfuerzo; por un corazón más pequeño, más bombeo de sangre, mayor ritmo cardíaco y más demanda de oxígeno = mayor agotamiento.
Parece que llevamos las de perder pero…¿qué pasa cuando se tiene más masa muscular? Pues, que las mujeres somos más flexibles por naturaleza lo que puede llegar a dar mayor facilidad de movimiento, eso sí, también depende de cada uno, de su genética y un previo desarrollo de la flexibilidad desde la infancia. Hay mujeres muy flexibles y poco flexibles y con los hombres viceversa.
Atropométricamente ha sido nuestra mayor diferencia anatómica, las caderas más anchas y la estrechez de cintura pero aquí es donde subyace un problema mayor; la obesidad.
Por la tipología del cuerpo los hombres suelen tener un tipo de obesidad llamada androide, ella se caracteriza por una mayor concentración de los depósitos de grasa en la zona abdominal, lo que lleva a una mayor incidencia de patologías cardiovasculares.
La obesidad que se suele asociar al cuerpo femenino es la ginoide en la que los depósitos se centran más en las extremidades inferiores, glúteos y caderas.
Hasta la forma de ganar peso es diferente, igual que la dieta y los necesidades energéticas.
En la metodología del deporte ya se presuponen ejercicios más indicados para las mujeres pero aunque no seamos unos portentos físicos, todas sabemos que somos unos portentos en otro tipo de desarrollo.
Vive, desarróllate y disfruta (sanamente)