

En la anterior entrada le dimos prioridad a la alimentción, ahora es el turno de arreglar los estragos que ha hecho el alcohol, recuerda que cada detalle suma y seguramente a principios de año te habrás dejado levar por la tradición de un chocolate con churros, no sin antes haber bebido algo de alcohol... o no. No obstante, aunque el dicho popular diga: una vez al año no hace daño, un chupito en un momento no indicado puede ser una bomba calórica.
Además de aportar 7 kcal por gramo de alcohol, este no contiene ningún nutriente, por lo tanto son calorías vacías y, es más las personas que lo consumen habitualmente tienen problemas para metabolizar vitaminas y minerales.
Para averiguar las kcal habrá que cambiar litros por gramos, aquí dejo la fórmula:
-Gramos de Etanol = (Gº x ml x 0,80) /100. Ejemplo: (40º x 150ml x 0,80)/100= 48
48 x 7 (kcal)= 336 kcal.
Dos copas, dependiendo de la bebida que sea, es más de la 3ª parte de las calorías diarias que necesita una persona...Imagínate una de esas comidas abundantes con postre y chupitos...un solo chupito podría equivaler a una ración de hidratos de carbono.
Pero lo que nos importa son las consecuencias de un consumo habitual que puede llevar a una hepatitis alcohólica e hígado graso por uso continuado de alcohol, progresando a cirrosis hepática.
La trascendencia del alcohol irá al intestino delgado, al estómago, al hígado y afectará a la capacidad del cuerpo para absorber los nutrientes esenciales.
El alcohol también inhibe el funcionamiento de una hormona (glucagón) que reequilibra los niveles de azúcar en sangre, ya que este es parecido al proceso de los dulces que elevan los niveles de glucosa. Y ojo deportistas, las bebidas alcohólicas tienen un efecto negativo sobre la coodinación neuromuscular (reduce el rendimiento). En resumen, causan éstas y otras enfermedades, algunas muy graves, entre ellas el cáncer.
El lado bueno es que razonablemente, el consumo de pequeñas cantidades protege contra enfermedades coronarias, incrementa el colesterol HDL (colesterol bueno), es una de las razones por las que está tan valorado en la Dieta Mediterránea.
Sin duda, alguien que quiera ponerle solución a los excesos recientes debería elegir; una copa de vino o una cerveza en un momento puntual de la semana, porque sacrificarse en comer lo necesario y beber cualquier cosa es absurdo. Lo mismo aplicado a los refrescos carbonatados, tés azucarados o bebidas con aditivos y cafeína (energéticas). Siempre mira la etiqueta, muchas esconden un arsenal de calorías.
En mi opinión, las mejores son las light: fanta zero, coca-cola light o zero, nestea sin azúcar o incluso cerveza sin alcohol.
Bebe, come y disfruta sanamente.
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