miércoles, 22 de septiembre de 2010

Los Hidratos de Carbono




Si eres de los que se preocupan por su alimentación estarás cansado de escuchar este término pero si quieres saber la verdad o, por el contrario, no sabes bien de qué va la cosa espero que te guste leer éstos párrafos para aclarar ideas y, de paso mitos.


Para empezar desde el principio, los hidratos de carbono, carbohidratos o glúcidos son uno de los tres nutrientes esenciales o también llamados macronutrientes, son imprescindibles para la vida, al igual que las grasas y las proteínas.
Su función es ser la principal fuente de energía del esqueleto, músculos, funciones del cerebro y sistema nervioso. Proporciona por cada gramo 4 kcal de energía, aconsejándose tomarlo en mayor candidad que cualquier otro nutriente. Un 50%, o 55% para los hidratos, quedando para las grasas un porcentaje de 30% y para las proteínas 20%, aunque éstos porcentajes son relativos; hay algunas personas que le favorece menos cantidad de grasas, en un 25 o 20% y aumentar la de hidratos en un 60%...a otros les conviene reducir los carbohidratos a un 40% subiendo el nivel de proteínas y grasas. Ya se sabe, todo va en función de la actividad diária, física y mental y el rendimiento que necesite tu cuerpo.

No hay alimentos únicamente constituídos por carbohidratos, éstos siempre estarán acompañados de alguna proporción de grasas o proteínas por pequeña que sea. El caso es que si los ingerimos con algún alimento proteico, enriquecemos en gran medida el plato.



En su estructura química tienen enlaces difíciles de romper llamados covalentes, mismos que poseen gran cantidad de energía, que es liberada al romperse estos enlaces. Una parte de esta energía es aprovechada por el organismo consumidor, y otra parte es almacenada, esto significa que cuando los depósitos musculares se llenan de glucógeno (energía a través de los hidratos de carbono), el restante se guarda en los depósitos de grasa (muslos, caderas, abdomen).
Es por esta razón por lo que se debe tomar este nutriente en la cantidad correspondiente y así evitar que se convierta en el enemigo, los depósitos de grasa.



No todos los hidratos de carbono son iguales por lo que hay que tener muy en cuenta sus diferencias:


Popularmente se conocen los carbohidratos "simples y complejos", los complejos son (polisacáridos y oligosacáridos) mayoritariamente almidones y producen un flujo de glucosa constante, por lo que son más sanos.
En contraposición los hidratos de carbono simples (monosacáridos y disacáridos). Son estructuras químicas más simples, desprenden grandes cantidades de insulina que llega más rápido al torrente sanguíneo, algo que deberías evitar en la medida de lo posible. Las organizaciones mundiales de la salud aconsejan un máximo del 10% en el consumo de este tipo de carbohidrato.
Como decía antes; después de una rápida subida viene una fuerte bajada. El consumo de carbohidratos simples provoca este desajuste que, además, se acompaña en un bajón de energía y una falsa sensación de hambre necesitando que tomes más de éstos productos que acabarán incrementando las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
Debo advertir que el tipo de alimentación con mucha glucosa acelera el envejecimiento celular.


La insulina es la principal hormona que controla el metabolismo de los hidratos de carbono y el índice glucémico es un popular método de clasificación alternativo, el cuál indica qué alimentos ricos en carbohidratos hacen que aumenten tus niveles de insulina en sangre.

Los de más bajo índice glucémico son:
el apio, ajo y acelgas
arroz salvaje o integral
pan integral
guisantes
higos
ciruelas
garbanzos, lentejas y judías
levadura de cerveza
sésamo
manzana, naranja, peras
mostaza
tomates, zanahorias
yogur de soja, leche de soja
almendras, aceitunas
requesón, tofu
chocolate amargo
frambuesas, fresas y frutos del bosque
brócoli, coliflor y coles de bruselas


Y la lista sigue, así que toma tus hidratos preferidos inteligentemente
....y sanamente.

martes, 14 de septiembre de 2010

Evita el Efecto Yo-Yo






Las cifras son aplastantes: 9 de cada 10 personas al término de una dieta acaban recuperando los kilos perdidos y en muchos casos ganan un par de regalo.

Cualquier dieta muy restrictiva y las que no lo son tanto acaba con los ánimos de seguir adelante.
...y ¿para qué seguir?? sabemos que en otras tantas cosas de la vida la constancia es la clave, sobre todo hablando de alimentación, en la que no debemos privarnos totalmente de aquello que nos gusta, pero sabiendo equilibrar los caprichos esporádicos con los buenos hábitos a lo largo de toda la vida.

Algo que a muchos les parecerá imposible o como poco bastante difícil.
Pensad por un momento en esto:
¿De qué sirve pasar un mes de restricciones, sin cenas abundantes, sin alcohol, sin el helado a media tarde... Si en ese mes (haciéndolo bien) hemos conseguido bajar 4 kilos y luego en una copiosa cena con postre y copas, habremos desperdiciado la mitad? ¿Cómo lo retomamos?....Es ¡AGOTADOR!

Por eso hay que tener clara la meta, tener conciencia de lo que nos estamos jugando. Si conocéis a alguien que fluctúa de peso sin cesar no creo que esté muy contento, nunca es agradable, y algunos no se hacen una idea del daño al organismo que esto causa, a los tejidos de la piel, y a otras partes y funciones de nuestro organismo. Son daños irreversibles y lo que necesitamos es estabilizar no "desestabilizar".

La restricción de calorías hace que el cuerpo se quede en modo economía, significa que; con la actividad física diaria quemaremos menos calorías porque al haber menos combustible (alimento), el cuerpo necesitará ahorrar el que le queda y por otro lado, cuando tengamos un desliz y tomemos un alimento calórico lo llevará directamente a las reservas, aumentando la masa adiposa.
La mejor solución: ¡el ejercicio!


La mayoría sueña con su alimento favorito, están deseando terminar la dieta para poder degustar el placentero sabor de lo prohibido, un consejo; elegid uno.
De todos aquellos que os gustan, elegid solamente uno para tomar un día concreto, ¡sin darse un atracón por supuesto! y esa será la recompensa de la semana. Es tan evidente que no podemos tomar todo lo que nos gustaría de sopetón!, por eso os digo que elijáis.

Cuando las dietas son muy restrictivas la vuelta a la normalidad SIEMPRE debe ser progresiva. ¿A qué cuando se lleva un tiempo sin hacer un deporte y uno se pasa la tarde entera jugando la "pachanguita" no hay quien os levante al día siguiente?, esto es lo mismo, paulatinamente se llega a la meta mucho mejor.

En el Plan de mantenimiento incrementa en un 5% el aporte de carbohidratos complejos, si te permites el lujo de tomar carbohidratos simples que sea puntualmente y una ración pequeña (ya os explicaré los porqués en un nuevo post sobre los Hidratos de Carbono).Son derivados de la fruta y la leche como los preparados lácteos, harinas refinadas, azúcares refinados, son por ejemplo: mermeladas, golosinas, pasteles, algunas frutas y productos industriales para desayuno, y encima ¡te darán más hambre!

Incrementa también las grasas,de pescados como las sardina y alguna carne distinta de las aves, inevitablemente caerán también alguna que otra de las grasas saturadas, pero dedicando unos segundos a leer las etiquetas sabrás lo que ingieres.
Por último, incrementa la variedad de frutas, ya que durante la dieta se suelen tomar las que contengan menos fructosa, en el plan de mantenimiento podrás elegir entre más frutas, sabrosas y dulces.



Ten conciencia de no perder peso por encima de cualquier cosa...un corazón no trabaja igual con 60 kilos que con 70. No se pueden acelerar los procesos biológicos (aunque sepamos que hay trucos para hacerlo), elige el camino seguro, unos meses después, el espejo y tu organismo te lo agradecerán.

Yo sólo os puedo decir que el esfuerzo merece mucho la pena.

Debo citar un reciente estudio de endocrinología que ha descubierto que las hormonas leptina y grelina responsables del apetito, influyen en la posible ganancia de peso al término de la dieta en algunas personas sensibles a éstas hormonas, por lo tanto será necesario hacer un análisis personalizado junto con el plan nutricional adaptado a estas personas (Centro de investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición)